sábado, 19 de mayo de 2012

Madame Rosette


Las tardes de domingo, al caer el sol, Madame Rosette se sirve un té en la galería que da al jardín. En el viejo gramófono, gira un vinilo que le eboca recuerdos de una juventud vivida a las orillas del Sena.Cierra los ojos y una sonrisa se dibuja en su rostro. Fueron momentos felices.

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