
En el pueblo de Valentín (Tineo, Asturias) se levanta majestuoso un roble que alcanza casi los 20 metros de alto y los 10 de perímetro. A su lado se encuentra la iglesia de San Pedro, construida cerca del gran árbol, el cual era venerado en la antiguedad. Lástima haber perdido ese respeto místico por nuestro entorno.